Myrtis has been named “friend of the United Nations”

Her message to the world leaders

Myrtis died of typhoid fever during the plague which hit Athens in the middle of the 5th Century BC. Typhoid fever is even today -2.500 years after- the cause of death for 500.000 to 700.000 people every year. Moreover, each year nearly nine million children under five are losing their lives from typhoid fever and other diseases that can be prevented and treated.

For this reason, the United Nations Regional Information Centre (UNRIC) “asked” Myrtis to become a friend of the UN Millennium Development Goals and join, in her own unique way, the United Nations world campaign "We can End Poverty".

This is how Myrtis became a friend and supporter of the United Nations. She “assumed” her duties without delay by sending a message to world leaders who attended the UN Millennium Development Goals Summit of September 2010.

So, Myrtis is not any longer only “face to face with the past” but also “face to face with the future of humanity”.

Myrtis, una joven que vivió en Atenas hace unos 2500 años,
envía al mundo un mensaje claro y rotundo.

“Me llamo Myrtis. Pero éste no es mi verdadero nombre. Así me bautizaron los arqueólogos que en 1994-1995 encontraron mi osamenta, junto a otros 150 esqueletos, en una fosa común en el barrio del Cerámico, en Atenas.

Aunque mi aspecto sea el de una joven del siglo XXI, os aseguro que soy una muchacha de 11 años que vivió y murió en Atenas en el siglo V a.C.

Cómo es posible que una muchacha de la antigua Atenas sea « Amiga del Milenio » de las Naciones Unidas?

Los científicos están convencidos de que fui una de las víctimas de la peste que asoló Atenas durante el siglo V a.C. También aseguran que lo que provocó mi muerte fue la fiebre tifoidea, la misma que mató al estadista ateniense Pericles y a aproximadamente un tercio de los habitantes de la Atenas de aquel tiempo. Sostienen además que esta epidemia fue una de las razones que contribuyó a la derrota de Atenas frente a Esparta en la Guerra del Peloponeso.

Fue el extraordinario estado de conservación de mi craneo lo que indujo al Sr Manolis J. Papagrigorakis, profesor de Ortodoncia de la Universidad de Atenas, a emprender, con ayuda de científicos especializados, una ardua tarea de reconstitución facial. Y aquí me tenéis. Mi fotografía es el fruto de sus esfuerzos. Estoy casi igual que el día de mi muerte.

El profesor Manolis J. Papagrigorakis cree que mi « renacimiento » no debe servir únicamente para que el mundo vea cómo era la cara de una niña que jugaba en la Acrópolis mientras se construía el Partenón, sino que mi « regreso » también debe servir para transmitir un mensaje claro y rotundo al mundo y a sus dirigentes.

Mi muerte era inevitable. En el siglo V a.C. no había conocimientos ni medios para combatir enfermedades mortales. Pero vosotros, los hombres del siglo XXI, ya no tenéis ninguna disculpa. Disponéis de todos los medios y recursos necesarios para salvar millones de vidas. Podéis salvar la vida de millones de niños que como yo mueren por culpa de enfermedades para las que existe tratamiento y cura.

2.500 anos después de mi muerte, espero que este mensaje anime e inspire a mucha gente a  trabajar para alcanzar los « Objetivos de desarrollo del Milenio ». Hacedme caso. Sé de lo que estoy hablando. No olvidéis que soy mucho mayor que vosotros y por lo tanto mucho más sabia... ».

Myrtis es la protagonista de la exposición itinerante « Myrtis, cara a cara con el pasado » que ha iniciado su singladura en Grecia y recorrerá también otras ciudades extranjeras.

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, el número de casos de fiebre tifoidea en el mundo oscila entre 16 y 33 millones al año, provocando entre 500.000 y 700.000 muertes. Cada año casi 9 millones de niños menores de 5 años mueren a causa de enfermedades que se podrían prevenir y curar.

Mercedes Pérez-Caballero Soto

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